Limpieza Interior - Ayuno y Dietas Desintoxicantes


Cuando hablamos de “desintoxicar”, “purificar” o “limpiar” el cuerpo, nos estamos refiriendo a la posibilidad de librarlo de deshechos, del exceso de toxinas físicas, mentales y emocionales. Esto se consigue descansando de los alimentos por un determinado período de tiempo.

Existen muchas formas de desintoxicar el organismo pero, sin dudas, una de las mejores es el ayuno. Ha sido utilizado durante toda la historia de la humanidad tanto en el campo de la medicina natural como en el desarrollo de las conciencias religiosas y espirituales. Muchas culturas lo han utilizado también para el rejuvenecimiento físico y para promover la vitalidad.

Hoy en día se lo considera tanto una psicoterapia como un tratamiento corporal para mantener una buena salud, bajar o subir de peso según la necesidad, obtener claridad mental y serenidad interior de manera natural.

Hay muchas y distintas modalidades de hacer un ayuno, sin embargo, cualquiera sea la forma que se elija se deberá tener en cuenta que no sólo se trata de dejar de comer durante algunos días, sino que presupone un proceso conciente y responsable y por ende requiere un trabajo previo. Este consiste básicamente en una preparación del cuerpo y en pensar en lo que queremos lograr y lo que ello implica una vez finalizado el ayuno. La abismal diferencia entre pasar hambre y ayunar es esta “conciencia”, esta “elección” desde la cual se aborda esta experiencia. Por otro lado, los días de preparación para el ayuno requieren de una dieta natural, rica en fibras, que predispone y facilita la depuración del organismo.

Los tiempos más beneficiosos para hacer este tipo de dieta son la primavera y el otoño.

Según la tradición china taoísta, el otoño, está regido por el elemento metal, equivalente simbólicamente al elemento aire. Las energías del aire y del metal se expresan como comunicación, actividad mental, dinámica de ideas, creatividad, etc. Asimismo, a nivel orgánico el otoño está relacionado con los pulmones e intestino grueso. Son las zonas del cuerpo que suelen verse más afectadas en esta época. Una limpieza o ayuno en otoño previene o suaviza trastornos digestivos e intestinales, catarros y problemas pulmonares; también eliminará cualquier enfermedad potencial que se haya incubado ya sea porque se eliminan los excesos o porque las funciones orgánicas mejoran.

Acompañar este proceso con una irrigación colónica alta, también llamada hidroterapia intestinal, multiplica los beneficios y es altamente recomendado el tratamiento conjunto en aquellas personas que padecen en forma crónica enfermedades vinculadas a los pulmones o al intestino grueso.

Al modificar lo que ingerimos por la boca, la manera en que nos nutrimos, simultáneamente se desea eliminar todo lo tóxico, viejo o muerto que se encuentra en nuestras vidas. Por ejemplo, algunas personas (siempre y cuando lo deseen) logran dejar de fumar; otras cambian un trabajo que no les permitía realizarse y otras simplemente se deshacen de objetos innecesarios. A veces se pone fin a una relación que no funciona.

La persona toda está dispuesta y quiere “soltar” para andar más ligera. Y lo hace naturalmente!

Al mismo tiempo se está lo suficientemente equilibrado y se cuenta con la fuerza suficiente para poder elegir lo que se incorpora tanto en el plano corporal como en el afectivo y espiritual. Desde un estado armonioso decidimos como y con qué nos nutrimos. Por eso, produce cambios dietéticos y los hábitos se vuelven más saludables espontáneamente. También promueve una mayor vitalidad y entusiasmo por la vida.

Un ayuno produce una transformación profunda y necesaria según cada cual y si se realiza en esta época del año se convierte en un excelente instrumento de autoconocimiento que permite encontrarnos con toda la intensidad y en todos los colores del otoño.


Lic. Marcela Rodas

Psicóloga. Transmite Tai Chi, Meditación y Filosofía.

Coordina Seminarios de Ayuno

Dirige Espacio Sol

www.taichimarcelarodas.com.ar

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